Las plataformas en línea y las redes sociales están generando nuevas modalidades de acoso, especialmente dirigidas hacia los jóvenes. Una de estas formas es el grooming, un fenómeno que debe ser identificado y comprendido.
El grooming y su variante digital, conocida como grooming en línea (acoso y abuso sexual en línea), son formas criminales de acoso que involucran a un adulto que se comunica con un niño, niña o adolescente con el propósito de ganar gradualmente su confianza para luego involucrarlo en actividades de naturaleza sexual, según describe Save the Children.
El grooming es un proceso en el que se establece una relación de confianza entre la víctima y el acosador. Este último intenta gradualmente aislar al menor, logrando desvincularlo de su red de apoyo, que incluye familiares, profesores, amigos, etc
Según el Instituto de la Juventud, los adolescentes de mayor edad (entre 14 y 15 años) tienen más probabilidades de ser víctimas de grooming en línea en comparación con los niños más jóvenes debido al mayor control y supervisión por parte de los padres sobre el uso de Internet y las interacciones en línea de los hijos.
Además, las actividades en línea de los niños más jóvenes tienden a ser más recreativas y menos socialmente interactivas que las de los adolescentes mayores. Por ejemplo, el acceso a las redes sociales suele estar restringido hasta los 15 o 16 años, aunque cada vez más niños las utilizan a edades más tempranas. Además, la adolescencia es una etapa en la que comienza el desarrollo de la sexualidad y se exploran las relaciones íntimas y sexuales.
Las etapas del grooming en línea
Según Save The Children, el grooming en línea abarca una serie de comportamientos que pueden ser diversos, pero generalmente siguen patrones de conducta y fases típicas que se detallan a continuación con el fin de detectarlo y prevenirlo.
- Vínculo de confianza: En muchos casos, el agresor entra en contacto con el niño o niña y construye una relación de confianza, a menudo utilizando sobornos o engaños. Por lo general, el agresor finge tener una edad cercana a la del menor.
- Aislamiento de la víctima: Durante esta etapa, el agresor busca separar al menor de su red de apoyo natural, que incluye familiares, amigos, y profesores, dejándolo vulnerable. Para lograrlo, insiste en la necesidad de mantener en secreto la relación.
- Evaluación de riesgos: El agresor siempre busca asegurar su posición, por lo que suele preguntar a la víctima si alguien más está al tanto de su relación y trata de averiguar quién más tiene acceso al ordenador o dispositivo que utiliza el menor.
El ISEP, Instituto Superior de Estudios Psicológicos, ofrece algunas pautas y señales para identificar y, sobre todo, prevenir este problema:
- Evitar compartir información personal en público.
- No enviar fotos a personas desconocidas y abstenerse de comunicarse con ellas.
- Verificar la identidad de los contactos que solicitan ser agregados como amigos en las redes sociales.
- No utilizar la webcam con personas desconocidas.
- Utilizar imágenes de personajes ficticios para los perfiles de los niños menores de edad.
- Establecer contraseñas seguras.
- Conservar evidencia cuando el acoso persista, como capturas de pantalla, mensajes de chat, conversaciones de WhatsApp, SMS, correos electrónicos, etc., ya que serán necesarias para presentar una denuncia en el futuro.
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