Alias ‘Comandante Thomas’ contaba con una orden de arresto por conspiración para cometer delitos graves, incluyendo homicidio y extorsión. Lost Prevention, su compañía de seguridad, operaba bajo la criminalidad.
La violencia y el crimen son realidades que lamentablemente han marcado la historia de muchas regiones en el mundo. En la ciudad de Barranquilla, entre los años 2023 y 2024, la familia criminal Vega Daza se convirtió en un nombre que resonó en toda la nación debido a su trágico final y las conmociones que generó en la sociedad local de ahí hace parte alias ‘Comandante Thomas’.
El viernes 26 de abril del año en curso, la Policía Metropolitana de Barranquilla anunció el desenlace delictivo del clan Vega Daza con la captura de Ángel Alberto Carrillo López, conocido como alias Comandante Thomas, quien fue señalado como la última cabeza visible de esta organización criminal. Este evento marcó el cierre de un capítulo oscuro en la historia criminal de la región.
Según las autoridades, la detención de Comandante Thomas se llevó a cabo como resultado de un operativo coordinado entre la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín) y la Fiscalía General de la Nación. Las acusaciones en su contra incluían delitos graves como concierto para delinquir con fines de homicidio y extorsión, lo que evidenciaba la peligrosa trayectoria criminal de este individuo y su conexión con los eventos violentos relacionados con los Vega Daza.
El lugar de la detención, el barrio Nueva Colombia en el suroccidente de Barranquilla, fue el escenario de un operativo meticuloso donde las autoridades lograron identificar y capturar al presunto heredero de los negocios criminales de la familia Vega Daza, una saga que se remonta a raíces guajiras y que ha dejado un rastro de violencia y crimen en su paso por la región.
Uno de los aspectos más impactantes de esta historia es la fachada que utilizaba alias Comandante Thomas: una empresa de seguridad que, irónicamente, proporcionaba armas de forma legal a los miembros del clan Vega Daza para la comisión de sus delitos. Esta empresa no solo facilitaba armamento, sino que también se involucraba en actividades ilícitas como el tráfico de drogas, la extorsión y los asesinatos por encargo en varias localidades del Atlántico.
La revelación de que Comandante Thomas era uno de los propietarios de una empresa de vigilancia que colaboraba estrechamente con una estructura criminal dedicada al narcotráfico y la extorsión puso de manifiesto la complejidad y la profundidad de las redes criminales que operaban en la región. Esta conexión entre la legalidad y la ilegalidad reflejaba la habilidad de estas organizaciones para camuflarse y mantenerse activas a pesar de los esfuerzos de las autoridades por desmantelarlas.
La empresa de seguridad de Comandante Thomas incluso fue mencionada en investigaciones periodísticas, como la realizada por Noticias Caracol, que la identificó como Seguridad Privada Lost Prevention. Este hallazgo arrojó luz sobre la complejidad de las relaciones entre diferentes actores criminales y sus vínculos con figuras públicas o políticas, como en el caso del exnarco Santander Lapesierra, alias el Hombre Marlboro, y su presunta relación con Nicolás Petro en el contexto de una campaña presidencial.
El clan Vega Daza no solo era conocido por sus actividades delictivas, sino también por haber sido blanco de varios atentados a lo largo de los años. La escalada de violencia que culminó en su exterminio total comenzó en octubre de 2022 durante una fiesta de narcos, donde un enfrentamiento armado reveló las fisuras internas y la vulnerabilidad de esta familia ante sus enemigos y rivales en el mundo criminal.
El 29 de junio de 2023, un comando armado perpetró un ataque devastador contra la residencia de los Vega Daza, cobrando la vida de varios de sus miembros, incluyendo a Rafael Vega Cuello, Ronald Iván Vega Daza y Ray Vega Daza, padre e hijos respectivamente. Este acto de violencia extrema marcó un punto de inflexión en la historia de la familia, mostrando la determinación de sus enemigos por acabar con ellos de una vez por todas.
Sin embargo, uno de los sobrevivientes junto con el Comandante Thomas, fue Roberto Carlos Vega Daza, quien intentó mantener viva la llama de los negocios familiares. Su viaje a España en busca de alianzas con el cartel de los Balcanes evidenció la desesperación por mantener el control y la influencia en el mundo del crimen organizado. Trágicamente, su vida también llegó a un fin violento en febrero de 2024, lo que significó el cierre definitivo de la era Vega Daza en Barranquilla.
La muerte de Roberto Carlos Vega Daza fue recibida con celebraciones por parte de los enemigos del clan, quienes vieron en su caída el final de una época marcada por el terror y la violencia. Los grafitis que aparecieron con la frase «Game Over los Vega» reflejaron el sentimiento de victoria de aquellos que habían librado una batalla larga y sangrienta contra esta organización criminal.
El vacío dejado por los Vega Daza fue rápidamente ocupado por alias Comandante Thomas, quien se embarcó en una huida desesperada a países como Albania, Kosovo, España y Turquía en busca de refugio y alianzas con otros grupos criminales. Sin embargo, su suerte llegó a su fin el 26 de abril de 2024, cuando las autoridades lograron capturarlo y poner fin a su reinado criminal.
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