La alta montaña en Colombia la conforman tres ecosistemas: bosque altoandino, páramo y glaciar. Los seis glaciares o nevados del país se encuentran bajo la figura de protección de Parques Nacionales Naturales.
Los páramos son verdaderas fábricas de agua potable y el lugar de nacimiento de las cuencas hídricas, que irriga a gran parte de nuestro territorio. El 50 % de los páramos del mundo está en Colombia. Cubren un área cercana a los tres millones de hectáreas, equivalente a un poco menos del 3 % del territorio continental.
El páramo de Sumapaz, ubicado en Cundinamarca, es catalogado como el páramo más grande del mundo. Cuenta con una extensión de 333.420 hectáreas. Es tal su importancia que podría ser catalogado como patrimonio de la humanidad por la Unesco. Hay alrededor de 5.000 páramos en el mundo. Los páramos se encuentran principalmente en los trópicos, en áreas de América del Sur, América Central, África Oriental y Nueva Guinea.
La mayor concentración de páramos se encuentra en los países andinos de Sudamérica, como Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, donde se encuentran algunos de los páramos más extensos y diversos del mundo. La cordillera de los Andes suministra agua a cerca de 75 millones de personas. Sin embargo, también existen páramos en otros países como Costa Rica, México, Tanzania, Uganda, Kenia y Etiopía.
En Colombia, se estima que existen alrededor de 36 páramos, están distribuidos en 25 municipios de los departamentos de Cundinamarca, Meta, Huila, Magdalena, Norte del Santander, Estos albergan una gran cantidad de lagunas, una importante fuente de agua.
La Red de Fondos de Agua de Colombia, vincula en el país: Fondo de Agua de Popayán – Manantial de Pubenza, Fondo de Agua Cuenca Verde- Medellín y el Valle de Aburrá, Fondo de Agua del Nororiente Colombiano – Alianza BioCuenca, Fondo de Agua del Valle del Cauca: Fundación Fondo de Agua por la Vida y la Sostenibilidad, Fondo de Agua de Bogotá Región – Agua Somos, los cuales unen esfuerzos en pro de la seguridad hídrica de las principales ciudades del país y reconocen la importancia del ordenamiento territorial en torno al agua. Por ello, se han sumado a programas estratégicos como miPáramo y Agua para el Futuro, y ahora se unen al programa Árbol de Esperanza.
La meta establecida para este año, es la siembra de 10 mil árboles; lo cual representa un avance significativo en la conservación y restauración de áreas clave de las cuencas abastecedoras. En este sentido, el sector privado, los ciudadanos y empresas del sector funerario, podrán sumarse a este importante proyecto; así de esta manera democratizar la relación con el agua. Cabe destacar que Árbol de Esperanza se fundamenta técnicamente en la regulación hídrica de áreas estratégicas, buscando proteger y preservar los recursos hídricos que abastecen a nuestras ciudades.