Cuidado, el covid-19 sigue vivo

Independientemente de las medias que se hayan tomado en relación con el covid-19, ya sean las de reaperturas de varios sectores de la economía o las de confinamientos y cuarentenas, es de vital importancia que no se olvide que el virus está entre nosotros.

Se pueden hacer análisis sobre el beneficio o lo contraproducente de dichas medidas, de si los médicos y epidemiólogos han tenido la razón o de si los economistas han transitado por el camino correcto, pero eso es tema para otro debate. Lo que sí es cierto es que tampoco podemos vivir encerrados toda la vida.

La normalidad irá cobrando su rumbo. Quizás, por mucho tiempo, no sea como aquella que añoramos, de reuniones con los amigos, de visitas a los familiares, de idas a restaurantes en las condiciones que conocíamos, a cine, a teatro o a eventos recreativos de toda índole, pero querámoslo o no, muchas cosas ya empezaron a funcionar.

Y si bien no al ciento por ciento, ya mucha gente ha empezado a salir a las calles de forma recurrente y masiva, lo cual, obviamente, la pone en riesgo de contraer la enfermedad que, como se ha comprobado, es altamente contagiosa.

Sea el motivo que sea, lo que nos queda es adaptarnos a las nuevas características que ha tomado la vida. Tendremos que usar el tapabocas cada vez que estemos en la calle -y usarlo bien-, lavarnos las manos frecuentemente, aplicar el distanciamiento social, evitar aglomeraciones, andar con un atomizador con alcohol o mantener en nuestro bolsillo un frasquito de gel antibacterial. A eso nos ha llevado esta pandemia.

Lo que deberá estar por fuera de nuestras conductas cotidianas son los absurdos e irresponsables actos que muchos cometieron en los momentos menos adecuados: fiestas clandestinas, paseos a fincas o casas de recreo, manifestaciones, marchas, reuniones con alto número de personas y muchas otras que solo llevan a altísimos peligros de que seamos uno más en la ya larga lista de contagiados.

Ya se habla de vacunas y de medicamentos para el coronavirus, pero, por ahora, mientras se desarrollan y tenemos esos elementos en nuestro país, para todos, es indispensable que se sigan llevando a cabo muchas de las actividades que han surgido, como el teletrabajo, las clases virtuales, con todo y sus conocidos problemas, los domicilios, y, claro, que los gobernantes sigan dando ayudas a los más vulnerables -ayudas reales y efectivas-, a las empresas que las requieran, a los trabajadores y a los desempleados, para evitar así un descalabro aun mayor en la economía.

Las redes sociales son una herramienta de doble filo

No se puede bajar la guardia ahora. En estos momentos es cuando menos. Si hay que salir a la calle, que sea a lo estrictamente necesario y siempre con todas las medidas de bioseguridad. Por último, hay que tratar de ser menos indisciplinados socialmente. El asunto ahora depende más de nosotros mismos que de los demás. Un rebrote nos acaba.

Por: Mauricio Galindo Santofimio