Un estudio demuestra cómo un microbio diseñado puede detectar mutaciones en tumores de manera precoz.

Un equipo de investigadores de las universidades de San Diego (Estados Unidos) y Adelaida (Australia) han publicado en la revista Science un estudio que presenta el uso de bacterias modificadas para detectar ADN tumoral en el intestino de ratones. Además, previamente se realizaron modificaciones similares en bacterias diseñadas para transportar «cargas terapéuticas» a tumores sólidos, superando las barreras que suelen presentarse con otros tratamientos o medicamentos, evitando perjudicar el sistema inmunológico o la salud del paciente.

La lucha contra el cáncer, que en sus inicios se basaba en tratamientos agresivos con mezclas de productos químicos, ahora podría incorporar organismos vivos, como estas bacterias modificadas, que se adaptan a su entorno. Esta técnica se asemeja a la utilizada por otros microorganismos para resistir a los antibióticos.

Las bacterias en cuestión son la Acinetobacter baylyi, que ha sido modificada para identificar el gen KRAS mutado, común en muchos tumores. Una vez que la bacteria detecta el tumor en formación, puede ser dirigida con ultrasonidos para destruirlo.

Una guía de ultrasonidos permite que las bacterias carguen diferentes fármacos y los entreguen en el tumor. Este avance es significativo porque, al estar adaptadas al entorno, las bacterias evitan ser atacadas por el sistema inmunológico, lo que mejora la eficacia de los medicamentos.

Además, el ultrasonido activa la liberación de los fármacos solo en las células dañinas, evitando efectos nocivos en las células sanas. Aunque esta técnica solo se ha probado en roedores, los investigadores están explorando formas de aplicar este tratamiento en seres humanos.