Debido a la arquitectura de la plataforma, los usuarios continuaron interactuando con contenidos que promovían desinformación sobre la vacunación contra la COVID-19, a pesar de que Facebook eliminó dichos grupos.
Desde marzo de 2020, usuarios en Facebook compartieron afirmaciones falsas o fake news sobre las vacunas matan del COVID-19. A pesar de que la re social eliminó estas noticias en un esfuerzo por combatir la desinformación, no pudo evitar el creciente interés en este tipo de contenido en su plataforma.
Los usuarios antivacunas aprovecharon la estructura de Facebook para difundir nueva desinformación relacionada con las vacunas, lo que resultó en contenidos ‘más engañosos, más polarizados políticamente y con una mayor probabilidad de aparecer en los feeds de noticias de los usuarios’, según revela un estudio publicado en la revista Science Advances.
Los investigadores utilizaron la herramienta CrowdTangle, propiedad de Meta, empresa matriz de Facebook, para analizar 200.000 publicaciones de páginas y grupos de la red social, relacionados con la desinformación sobre vacunas. Estos datos fueron descargados antes de que Facebook eliminara una de las páginas antivacunas más grandes, «Stop Mandatory Vaccination«, en noviembre de 2020. A pesar de que en diciembre de 2020 se anunció la eliminación de afirmaciones falsas sobre la vacunación contra la COVID-19, la plataforma ya no elimina este tipo de contenido.
El estudio señala que la estructura de Facebook, con su jerarquía en capas compuesta por páginas, grupos y usuarios individuales, facilita la difusión de contenido antivacunas. Cuando se elimina contenido de una página, la jerarquía en capas permite a los usuarios y grupos encontrar contenido similar en otras páginas, lo que favorece la propagación de desinformación.
Además de su diseño, los «me gusta» también pueden impulsar el contenido antivacunas. Los investigadores señalan que cuanto más «me gusta» o reacciones de «enfadado» reciban los mensajes en Facebook, existe una mayor probabilidad de que aparezcan en las noticias de otros usuarios debido a su «interacción social significativa«. Esto permite que los creadores de contenido antivacunas aumenten la exposición de sus mensajes en la red. El profesor David García, de la Universidad de Konstanz (Alemania), comenta que «reducir el valor de la reacción de ‘enfadado’ en casos de desinformación médica es una buena idea, ya que sabemos que las expresiones de indignación moral aumentan la polarización«.
A pesar de que Facebook eliminó el peso de las reacciones de «enfadado» en septiembre de 2020, el estudio informa que los niveles de interacción con contenido falso no disminuyeron en comparación con las interacciones anteriores a la política de eliminación.
“Durante el apogeo de la pandemia de COVID-19, Facebook tomó la medida sin precedentes de eliminar la desinformación antivacunas y las cuentas que promovían esta desinformación.
Esta política fue controvertida. Pero, ¿funcionó?”“Nuestros resultados sugieren que las políticas de… https://t.co/zXGek01wEa
— Pablo Malo (@pitiklinov) September 16, 2023
El estudio y los expertos concuerdan en que la red social debe revisar su política de desinformación para mitigar los riesgos y sugieren la posibilidad de establecer alianzas entre las principales plataformas para abordar este problema. David Broniatowski propone que los diseñadores de redes sociales colaboren en la creación de un «código de construcción» que promueva la salud de todos los usuarios en la red, haciendo una analogía con la construcción de edificios.
Broniatowski señala que, al igual que los arquitectos deben equilibrar los objetivos de diseño de un edificio con el cumplimiento de las normativas para proteger a las personas que lo utilizan, los diseñadores de redes sociales deben hacer lo mismo en el entorno digital.
