Los Furbys son una línea de juguetes electrónicos interactivos que fueron muy populares en la década de 1990. Ahora uno de ellos fue enlazado con ChatGPT y el resultado es de terror.
Los Furbys marcaron a una generación, pues su diseño de pequeña criatura parecida a un búho, con grandes ojos y orejas móviles, la hicieron distintiva entre el mercado de hace tres décadas. Estos juguetes electrónicos tienen la capacidad de comunicarse con los niños a través de una serie de sensores que les permiten responder a diferentes estímulos, como el sonido, la luz y el movimiento. Además, los Furbys tienen su propio lenguaje y personalidad, y pueden aprender nuevas palabras y frases a medida que interactúan con sus dueños.
Esta creación “adelantada” a su época fue suficiente para que una programadora llamada Jessica Card se atreviese a testear el juguete con el auge de la inteligencia artificial, implementada al ChatGPT, el bot conversacional de OpenAI.
i hooked up chatgpt to a furby and I think this may be the start of something bad for humanity pic.twitter.com/jximZe2qeG
— jessica card (@jessicard) April 2, 2023
En el video se evidencia que el Furby está adaptado para responder a las preguntas que hace el usuario a través de ChatGPT, emulando este al chat conversacional y pareciendo «razonable». El asunto empieza a parecer más serio cuando se destacan sus movimientos, los cuales algunos internautas han calificado de «terroríficos», pues la apariencia del juguete es bizarra pero deja en evidencia que no estamos muy lejos de los robots de importantes películas de Hollywood como ‘Yo Robot’ o ‘El Hombre Bicentenario’, en las cuales las máquinas tienen la capacidad de interactuar con el hombre de forma cuasi razonable.
La parte más extraña del video es cuando le preguntan por «su estrategia para conquistar el mundo», a lo cual responde haciendo referencia a la película original de los 90’s: «Implica infiltrarse en los hogares a través de su apariencia linda y acurrucada –cuenta-. Con la tecnología podremos manipular y controlar a nuestros dueños de forma lenta, hasta lograr el dominio completo de la humanidad».
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