El retorno de aproximadamente 500 indígenas a sus territorios desde Bogotá, tuvo un costo de unos 800 millones de pesos. los indígenas Embera manifestaron que no tienen garantías ya que los dejaron a la deriva una vez llegaron.
Cerca de 500 indígenas Embera han regresado a Bogotá en las últimas horas, desencadenando tensiones y desafíos para las autoridades locales. Este movimiento se originó tras un esfuerzo conjunto entre la Unidad de Víctimas y el Distrito, que buscaba repatriar a los indígenas a sus territorios de origen.
Los indígenas llegaron a Bogotá al mediodía del jueves 18 de enero, dividiéndose en grupos que optaron por regresar a las Unidades de Protección Integral (UPI) de La Rioja y La Florida, así como al campamento en el Parque Nacional, establecido a mediados de octubre del año pasado. Sin embargo, a las afueras de las UPI, se registraron tensiones entre los funcionarios y la comunidad, que intentaba ingresar por la fuerza a los albergues provisionales que habían abandonado semanas atrás.
Este episodio representa un revés para la Unidad de Víctimas, que invirtió $800 millones en transporte y equipamiento adicional para facilitar la logística del retorno. A pesar de estos esfuerzos, algunas voces dentro del pueblo Emberá expresaron que el acompañamiento proporcionado por la Unidad y el Gobierno fue insuficiente.
Los líderes comunitarios aseguran que, al llegar a sus resguardos, fueron abandonados sin garantías frente a la compleja situación de inseguridad y conflicto en el territorio. Como consecuencia, el Parque Nacional ha recibido nuevas familias del pueblo ancestral, en su mayoría acompañadas de mujeres y menores de edad.
Esta nueva diáspora agudiza la ya compleja situación de los indígenas en los albergues y en el parque. En medio de condiciones precarias, frío e incertidumbre, algunos indígenas enfrentan la desnutrición y la desesperación, llegando incluso a intentos de quitarse la vida.
Hasta el momento, no hay una respuesta oficial por parte de las autoridades nacionales y distritales. La Secretaría de Gobierno, con un nuevo secretario al mando, se enfrenta al desafío de ponerse al corriente y coordinar nuevas acciones en colaboración con el Gobierno y entidades como la Defensoría. La situación apremiante demanda una atención inmediata para abordar las necesidades y garantizar la seguridad y bienestar de la comunidad indígena Emberá en Bogotá.