En Madrid, España, ha surgido una gran indignación por el trágico fallecimiento de Inmaculada, una mujer de 54 años, mientras desempeñaba su labor en un centro de llamadas.
Según reportes de medios locales, la trabajadora sufrió un infarto que le costó la vida. Este lamentable suceso ha generado debate y preocupación en torno a las condiciones laborales y el impacto en la salud de los trabajadores en el sector de los call centers.
Se llamaba Inma, era teleoperadora y falleció en un callcenter de Konecta. La empresa obligó a sus empleados a seguir trabajando con su compañera fallecida. Su propietario es José María Pacheco con 225M€ de patrimonio y premiado por la Casa Real. Terrorismo es esto. pic.twitter.com/kvX1x4Atu3
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) June 20, 2023
Este fallecimiento ha desencadenado una controversia debido a los eventos que ocurrieron después del trágico incidente. Según un sindicato de la empresa, varios empleados fueron obligados a continuar atendiendo llamadas telefónicas a pesar de que el cuerpo de la mujer permaneció en el suelo durante casi tres horas. Esta situación ha generado indignación y ha llevado a cuestionar las condiciones laborales y el trato hacia los empleados en el centro de llamadas.
El 13 de junio Inma, una trabajadora de "Konecta BTO", murió en su puesto de trabajo.
La empresa obligó al resto de compañeras a seguir trabajando con la excusa de que son "un servicio esencial". Pero cómo se pregunta @CGT en su comunicado, ¿qué hay más esencial que la vida? pic.twitter.com/zTiK2lnVVw
— Sindicato de Barrio de Moratalaz (@SindicatoMtz) June 17, 2023
La muerte de la mujer, dio a conocer la ruptura de los derechos de los trabajadores de la empresa, pues afirmaron que solo se les permitía descansar 10 segundos después de cada llamada, con descansos de 5 minutos por hora.
La empresa se pronunció sobre los hechos y afirmo que los hechos no habían ocurrido como los empleados mencionaban y que a las personas que presenciaron la muerte de la mujer los dejaron regresar a casa.
Esta situación se hizo viral y fue criticada por varias personas alrededor del mundo que opinaron: «cobardía e indignidad nos llevan al precipicio. Los plutócratas lo saben muy bien», «Las grandes riquezas avanzan en paralelo a la falta de humanidad. No hay excepciones» y «A una persona decente no hay empresa en el mundo que la obligue a trabajar junto a un compañero muerto. Eso solo lo hacen las ratas de caño».
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