El Jueves Santo es el punto de partida del Triduo Pascual y se caracteriza por conmemorar la Pasión de Jesús, su muerte y Resurrección, junto con la institución de la Eucaristía, siendo esencial en la Semana Santa cristiana.
El Jueves Santo es una fecha de gran significación religiosa para los cristianos de todo el mundo, marcando el inicio del Triduo Pascual que abarca desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Pascua. Este día es crucial en la liturgia católica, ya que conmemora la Pasión, muerte y Resurrección de Jesucristo, constituyendo el momento central de la Semana Santa y del año litúrgico en su conjunto.
Según los relatos evangélicos, el Jueves Santo se inicia con la Última Cena, un momento íntimo en el que Jesús se reunió con sus doce apóstoles en Jerusalén. Durante esta cena, Jesús instituyó el sacramento de la Eucaristía al compartir el pan y el vino con sus discípulos, pronunciando palabras que resonarían a lo largo de la historia cristiana: «Tomad y comed, este es mi cuerpo… Tomad y bebed todos de él, porque esta es mi sangre… Haced esto en conmemoración mía«.
Además de la institución de la Eucaristía, el Jueves Santo también recuerda el lavatorio de los pies, un acto simbólico realizado por Jesús para mostrar el valor del servicio y la humildad entre sus seguidores.
La jornada continúa con la angustiosa oración de Jesús en el huerto de Getsemaní, donde experimentó el peso de su misión y la traición inminente de Judas. Posteriormente, el arresto de Jesús por parte de las autoridades judías marca un momento trágico pero esencial en la narrativa de la Pasión.
En la actualidad, este jueves 28 de marzo, el papa Francisco presidió la misa Crismal que marca el inicio del Triduo Pascual de la Semana Santa. Durante su extensa homilía, pronunciada con claridad, el Sumo Pontífice instó a los sacerdotes a desprenderse de egoísmos y ambiciones, animándolos a perdonar de manera constante y a mostrarse compasivos hacia los demás mediante el llanto.
Gracias, queridos sacerdotes, por sus corazones abiertos y dóciles; gracias por sus fatigas y sus lágrimas; gracias por llevar la maravilla de la misericordia -perdonen siempre, sean misericordiosos-. Que el Señor los consuele, los confirme y los recompense. #JuevesSanto
— Papa Francisco (@Pontifex_es) March 28, 2024
El Papa reflexionó acerca de la importancia de experimentar «compunción y lágrimas» entre los miembros de la Iglesia, ya que aquellos que sienten verdadera compunción se ven a sí mismos como hermanos de todos los pecadores del mundo, sin ningún sentimiento de superioridad o juicio duro, sino con un deseo genuino de amar y buscar la reconciliación.
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