Colombia continua sufriendo destrucción de ecosistemas y asesinatos sistemáticos, a pesar de la lucha contra las drogas por parte también de EE. UU., el comercio sigue sin frenarse.

El problema global de las drogas es una cuestión compleja que impacta a millones de personas en todo el mundo. Muchos consumidores sufren estigmatización y discriminación, lo cual puede agravar su salud física y mental y dificultar su acceso a la ayuda necesaria. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (ONUDC) destaca la importancia de adoptar un enfoque de políticas de drogas centrado en las personas, con especial énfasis en los derechos humanos, la compasión y las prácticas respaldadas por evidencia empírica.

Hace 52 años, exactamente el 18 de junio de 1971, el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, inició lo que se conoce como la «guerra contra las drogas«, una iniciativa que buscaba una ofensiva total contra lo que él consideraba como «el enemigo número uno«. Esta lucha se extendió rápidamente a Colombia, ya que en la década de los setenta el país comenzó a exportar grandes cantidades de marihuana a través del Caribe, y posteriormente las organizaciones criminales se trasladaron a la cocaína. El objetivo de Nixon era reducir la oferta de estas sustancias ilegales a toda costa, con la premisa de que sin drogas no habría consumidores. Sin embargo, lo que ha ocurrido es un crecimiento desmesurado en la producción, venta y consumo.

Colombia es el mayor productor de cocaína, aunque en comparación con otras drogas, esta sustancia solo representa el 5% del consumo a nivel mundial. Ninguna de las estrategias para acabar con la coca ha logrado detener la comercialización creciente de la cocaína, que llegó a sus más altos niveles en 2020, en plena pandemia: registró un aumento del 11% respecto a 2019, tras alcanzar las 1.982 toneladas, de acuerdo con el informe de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito para la Región Andina y el Cono Sur (UNODC).

#ElDato| Aunque 1⃣ de cada 3⃣ personas que consumen drogas 🌎 es mujer, solo 1⃣ de 5⃣ 👩‍🦰 recibe tratamiento.

🧡 Conoce nuestras pautas sobre prevención y tratamiento de drogas para niñas y mujeres.

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— UNODC Región Andina y Cono Sur (@UNODCROCOL) June 25, 2023

El informe de la UNODC afirma que las desigualdades y disparidades sociales y económicas continúan influyendo en el fenómeno de las drogas, al mismo tiempo que son agravadas por él, lo que representa una amenaza para la salud pública y los derechos humanos. «Existen disparidades significativas entre el Norte Global y el Sur Global, así como entre entornos urbanos y rurales, y dentro de diversas subpoblaciones, que contribuyen a los perjuicios ocasionados por las drogas«.

Lo siguiente hace parte de las principales conclusiones del informe presentado por la ONUDC:

• Se mantienen las disparidades en el acceso y la disponibilidad de medicamentos sometidos a fiscalización de conformidad con la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes. En 2021, el 86 % de la población mundial vivía en países donde la disponibilidad de fármacos opioides para uso médico era inferior a la media mundial.
• Los trastornos por consumo de drogas y otros trastornos mentales están estrechamente interrelacionados: Se calcula que una de cada ocho personas en el mundo padece un trastorno mental diagnosticado, por lo que la necesidad de abordar los problemas de salud mental en la prevención y el tratamiento del consumo de drogas se ha ido convirtiendo en una prioridad.
• Los jóvenes siguen siendo el grupo más vulnerable al consumo de drogas. A nivel mundial, en 2021, la prevalencia anual del consumo de cannabis entre personas de 15 y 16 años era del 5,34 %, frente al 4,3 % en el caso de los adultos.
• La demanda de tratamiento de los trastornos relacionados con el consumo de drogas sigue sin atenderse en gran medida y persisten las disparidades en el acceso. Aproximadamente una de cada cinco personas con trastornos por consumo de drogas recibió tratamiento en 2021 a escala mundial.
• Las mujeres se enfrentan a distintos obstáculos a la hora de acceder a los servicios de tratamiento del consumo de drogas: en 2021, el 45 % de las personas que habían consumido estimulantes de tipo anfetamínico en el último año eran mujeres, pero solo el 27 % de las personas que reciben tratamiento son mujeres.

La ONUDC concluye que «una reglamentación bien concebida puede contribuir a configurar el panorama de las drogas con el fin de limitar la desviación, reducir los mercados ilícitos y mitigar los daños para la salud pública en los casos de jurisdicciones que se planteen ampliar el acceso a sustancias psicoactivas para utilizarlas en un espectro cada vez más amplio de tratamientos«.

El gasto de la guerra es incalculable, aunque las cifras pasan los miles de millones de dólares. La prohibición y la criminalización en los países productores ha sido el enfoque de la política antidrogas. No obstante, no se ha puesto énfasis en los países consumidores.