La asistencia del Papa Francisco a la misa en la basílica de San Pedro ha sido confirmada por el Vaticano. En las últimas semanas, el pontífice ha enfrentado dificultades respiratorias.
El sábado por la noche, el Papa Francisco confirmó su presencia en la vigilia pascual en Roma, a pesar de haber cancelado sorpresivamente su participación en el vía crucis, una decisión que ha generado preocupaciones sobre su salud cada vez más frágil.
El sumo pontífice, de 87 años, liderará la vigilia de Pascua en la basílica de San Pedro a las 18H30 GMT, ante miles de peregrinos de todo el mundo. Esta decisión se tomó después de la cancelación de su visita al vía crucis en el Coliseo, un evento que reunió a 25.000 personas.
El Vaticano anunció su presencia en la vigilia poco antes del mediodía, indicando que el Papa seguiría el vía crucis desde la residencia de Santa Marta para preservar su salud de cara a la misa del domingo de Pascua.
La cancelación de última hora del vía crucis y la comunicación lacónica del Vaticano han aumentado las preocupaciones sobre la salud del Papa Jorge Bergoglio. Aunque una fuente vaticana ha asegurado que no hay «ninguna inquietud particular» sobre su salud, la decisión ha suscitado preguntas sobre su capacidad para seguir liderando la Iglesia católica.
El Papa, que se desplaza en silla de ruedas desde hace dos años, había cancelado su participación en el vía crucis en 2023 debido a una bronquitis, aunque esta vez la decisión fue más repentina y generó mayor atención mediática.
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— Papa Francisco (@Pontifex_es) March 29, 2024
La Semana Santa, un periodo intenso de compromisos para el líder católico, puede ser desafiante para una persona con esa edad y con problemas de salud. Aunque ha continuado trabajando a un ritmo desenfrenado, su estado físico ha sido motivo de preocupación en diversas ocasiones.
La decisión de cancelar el vía crucis podría afectar sus planes futuros, incluido un posible viaje a Asia y Oceanía este verano, que hasta ahora no ha sido confirmado por el Vaticano.
A pesar de las preocupaciones y especulaciones sobre su salud, Francisco ha reiterado en su autobiografía reciente que no tiene «razones serias» para renunciar a su cargo y que cualquier eventual renuncia solo se consideraría en caso de «grave impedimento físico».
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