De acuerdo con ANLA, el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto de ampliación de la Autopista Norte, omite un estudio detallado sobre la conectividad hídrica y ecológica de los humedales Torca y Guaymaral.
La reciente decisión de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) de archivar la licencia ambiental destinada a la expansión de la Autopista Norte de Bogotá, comprendida entre las Calles 190 y 245, plantea importantes desafíos para la concesionaria Ruta Bogotá Norte y genera impactos significativos en múltiples proyectos, que ahora enfrentarán demoras estimadas de entre seis meses y un año.
El revés en la obtención de la licencia ambiental impide a la concesionaria iniciar las obras y recibir los recursos necesarios para el cierre financiero. Frente a esta situación, las empresas involucradas han reconocido el desafío y ha confirmado la presentación de un recurso de reposición, buscando subsanar las deficiencias señaladas por la ANLA.
La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales es una entidad técnica que actúa con eficiencia y eficacia. ¿Quiere conocer más información sobre el trámite de la licencia para ampliación de la autopista norte en Bogotá ? Ver aquí 👇 https://t.co/eUalRoRyYj pic.twitter.com/boH4nxAjey
— ANLA (@ANLA_Col) January 4, 2024
Particularmente afectadas son las obras correspondientes al proyecto Accesos Norte 2, que abarca la Autopista Norte e implica la ampliación a seis carriles en ambas direcciones, estudios y diseños de intersección en la Calle 201, y la construcción de retornos en las calles 224 y 235.
Dos tramos adicionales, uno en la Carrera Séptima y otro en el municipio de Sopó, también se ven afectados y requerirán licencias ambientales adicionales, actualmente en proceso de tramitación.
A pesar de estos contratiempos, Ruta Bogotá Norte se verá en la obligación de mantener las vías contratadas y operar mientras aguarda la aprobación ambiental para así lograr el cierre financiero necesario.
Cabe recordar que, la decisión de la ANLA de archivar la solicitud se fundamenta en deficiencias técnicas encontradas en el estudio de impacto ambiental presentado por la concesionaria, incluyendo omisiones en la información sobre la conectividad hídrica y ecológica de los humedales Torca y Guaymaral, subestimación de caudales de agua y ausencia de detalles sobre posibles impactos en la red del Acueducto de Bogotá.
Este proyecto de ampliación estaba originalmente contemplado en el Plan de Desarrollo de Bogotá 2022-2026 con el objetivo de mejorar la movilidad, generando opiniones encontradas en la opinión pública.