WeWork está a punto de presentar su solicitud para acogerse a la ley de Quiebras de Estados Unidos. Esta medida busca reducir la deuda de la compañía en más de 3.000 millones de dólares y eliminar la mayoría de sus acciones.

WeWork Inc. ha tomado la decisión de declararse en quiebra después de llegar a un acuerdo tentativo de reestructuración. Esta medida marca el final de un período tumultuoso para la empresa, que alguna vez fue considerada una startup de alto vuelo.

En su petición de quiebra presentada en Nueva Jersey, WeWork reveló una cifra impresionante: 19 mil millones de dólares en pasivos frente a 15 mil millones de dólares en activos. Este movimiento al amparo del Capítulo 11 (similar a la ley de quiebras en Colombia) le permitirá a la compañía continuar sus operaciones mientras negocia los términos de pago con sus acreedores.

Este paso hacia la quiebra llega después de que WeWork llegara a un acuerdo tentativo de reestructuración con su antiguo patrocinador, SoftBank Group Corp., y sus actuales acreedores, con el objetivo de recortar más de 3.000 millones de dólares en deuda y eliminar la mayoría de sus acciones. Además, la empresa tiene previsto rechazar más de 60 arrendamientos en toda América del Norte y utilizar el proceso judicial para renegociar otros contratos, tal como lo mencionó el director ejecutivo, David Tolley, en documentos judiciales.

WeWork, a pesar de contar con una presencia inmobiliaria en 777 ubicaciones de 39 países al 30 de junio, sigue sin lograr la rentabilidad. Este desenlace representa la culminación de años de desafíos para la empresa con sede en Nueva York, que experimentó un rápido ascenso y una caída aún más vertiginosa, lo cual mantuvo a Wall Street y Silicon Valley intrigados.

El colapso de WeWork comenzó en 2019, cuando pasó de planificar una oferta pública inicial a despedir a miles de empleados y buscar un rescate multimillonario. A lo largo de su existencia, WeWork operó de manera poco convencional, con una misión que buscaba «elevar la conciencia del mundo«, en ocasiones haciendo que la empresa pareciera más una religión que una startup.

WeWork finalmente se hizo pública en 2021 a través de una fusión con una empresa de adquisición con fines especiales, dos años después de su oferta pública inicial inicialmente prevista. Sin embargo, esta medida no impidió que la empresa siguiera perdiendo dinero.

A pesar de un acuerdo de reestructuración de deuda a principios de 2023, WeWork se encontró nuevamente en aprietos. En agosto, la empresa expresó «dudas sustanciales» sobre su capacidad para continuar operando y anunció que renegociaría casi todos sus contratos de arrendamiento y cerraría ubicaciones de «bajo rendimiento«.

En este último episodio, WeWork ha llegado a un acuerdo de reestructuración con acreedores que representan aproximadamente el 92% de sus pagarés garantizados, al tiempo que planea racionalizar su cartera de alquiler de espacio para oficinas, según un comunicado de la compañía.

Es importante resaltar que el sometimiento de WeWork a la ley de quiebras en Estados Unidos no afecta a sus operaciones en América Latina, incluyendo Colombia, donde la empresa opera de manera independiente. WeWork ha confirmado que sus miembros y sus membresías en la región no se verán afectados por esta situación, ya que las operaciones en América Latina se gestionan a través de un joint venture en el que el SoftBank Latin American Fund mantiene una participación mayoritaria.

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