La empresa Canacol esgrimió como argumento la presencia de desafíos legales, sociales y de seguridad en constante aumento en los últimos meses.
Por decisión propia, Canacol Energy anuncia la terminación del contrato de venta de gas a largo plazo «take or pay» con Empresas Públicas de Medellín -EPM-. El megaproyecto, valorado entre US$450 millones y US$500 millones, tenía programado iniciar operaciones en diciembre de 2024 y transportar inicialmente 21 millones de pies cúbicos diarios de gas natural desde el pozo Jobo hasta Medellín.
El proyecto estaba en la fase de solicitud de la licencia ambiental necesaria para la construcción del gasoducto y la entrega del gas pactado. Canacol justifica su decisión de cancelar el contrato debido a la demora en la obtención de esta licencia, originalmente programada para julio de 2023.
La compañía explicó que, aunque la demora en la obtención de la licencia ambiental no suponía una amenaza para la ejecución oportuna del proyecto o del contrato de venta de gas, se ha enfrentado a crecientes desafíos legales, sociales y de seguridad en los últimos meses. Esto llevó a Canacol a reevaluar la viabilidad futura y la prioridad asignada a este contrato.
#CanacolEnergy anunció cancelación del contrato de compra venta de Gas a @EPMestamosahi, fundamentado en: 1) circunstancias legales, sociales y de seguridad. 2) dinámicas del mercado en Colombia (incertidumbre). 3) Inversión en Cuenca del Valle Medio Magdalena y Bolivia. pic.twitter.com/6i6nP8Tij7
— José Sánchez Rivera (@josejournaliste) October 20, 2023
Canacol, al tomar esta decisión, también tuvo en cuenta las dinámicas en el mercado de gas colombiano y su interés en invertir en programas de exploración de gas natural en la Cuenca del Valle Medio del Magdalena y en Bolivia. Por tanto, la empresa considera apropiada la cancelación del Proyecto de Gasoducto Jobo a Medellín. Además, Canacol ha anunciado que llevará a cabo una conferencia telefónica para abordar tanto la cancelación del contrato con EPM como su reciente entrada estratégica en Bolivia.
Por otro lado, Transmetano y Promigás aún mantienen su interés en conectar su gasoducto con el sistema de EPM y en suministrar gas natural a la región de Urabá. El desafío radica en el tiempo perdido que podría haberse aprovechado para construir el gasoducto bajo condiciones macroeconómicas más favorables que las actuales.
Padre ‘Chucho’ se defiende por el costo de su viaje a Israel ante las críticas