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Controversia en la Universidad del Rosario: agita al emblemático claustro

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Seguidores y detractores de las acciones del actual rector, Alejandro Cheyne, están inmersos en un acalorado intercambio de opiniones. Al mismo tiempo, hay quienes advierten sobre los posibles riesgos asociados al involucramiento del Gobierno, especialmente tras la visita del Ministerio de Educación a la Universidad del Rosario

El lunes pasado, ocurrió un evento inusual en la Universidad del Rosario. Un grupo del Ministerio de Educación llegó al campus del claustro con un propósito que generó expectativas, malestar y controversia: «Realizar una visita de carácter preventivo y focalizado para examinar posibles irregularidades relacionadas con aspectos administrativos y financieros, así como los supuestos despidos masivos e injustificados de personal docente y administrativo en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario».

La decisión del ministerio coincidió con un intenso debate interno en la Universidad del Rosario, derivado de una serie de despidos de profesores, cuestionamientos sobre las cifras económicas de la institución y debates sobre su modelo de gobierno. En los últimos días, algunos profesores y estudiantes expresaron su malestar por la manera en que se tomaron estas decisiones en el histórico claustro, mientras que otros respaldan la gestión del rector.

La comunidad se encuentra dividida como quizás nunca antes en su historia reciente. El rector, Alejandro Cheyne, difundió un video en el que ofrece un mensaje de tranquilidad: «He dedicado todo mi esfuerzo, dedicación y compromiso al servicio de la universidad. Quiero reafirmar mi lealtad a esta gran institución, a las más de 15.000 personas que la integran y a los más de 75.000 egresados».

En el video, el rector menciona que ha tomado nota de las preocupaciones expresadas por la comunidad a través de redes sociales, comunicados y reuniones de quejas en el campus. El líder del claustro promete abordar estas críticas. «Como rector, quiero ofrecerles tranquilidad en cuanto a nuestra situación financiera. En estos momentos desafiantes, las universidades enfrentamos importantes retos».

El jueves, la universidad emitió un comunicado en el que afirmaba que, aunque «el sector de la educación superior privada atraviesa un período difícil, la institución mantiene una solidez financiera evidente».

Las explicaciones proporcionadas por la rectoría no han logrado disipar las inquietudes en sectores influyentes de la universidad. Específicamente, los abogados, pertenecientes a una de las carreras más arraigadas y respetadas del claustro, han expresado sus preocupaciones de manera contundente.

En un comunicado emitido por el Colegio de Abogados Rosaristas, una institución emblemática que reúne a los graduados de la Facultad de Jurisprudencia, se hace un llamado al rector para que renuncie a su cargo.

Un conjunto adicional de docentes de planta de la misma facultad ha redactado una carta abierta en la misma línea. Además, argumentan que es imperativo revisar las estructuras institucionales de larga data en la Universidad del Rosario, como los colegios y los consejos, que ya no son adecuados para las necesidades contemporáneas.

«La idea original de que un grupo selecto de estudiantes elija a los órganos de gobierno en una universidad del siglo XXI es obsoleta. Al igual que en otras instituciones educativas con las que nos comparamos y nos relacionamos, este modelo debe evolucionar hacia una mayor democratización que incluya no solo a los estudiantes, sino también a los profesores, el personal administrativo y los egresados», indican.

Mientras tanto, la administración de la Universidad del Rosario está respaldando la gestión actual del rector. Los miembros del colegio de número están defendiendo el sistema de gobernanza que ha permitido a los estudiantes decidir quién lidera la universidad durante años.

«Somos una de las pocas instituciones a nivel mundial que mantiene la tradición histórica del universitas scholarium, una figura adoptada por nuestro fundador, Fray Cristobal de Torres, hace 370 años, que enfatiza la importancia del servicio desinteresado a la Universidad del Rosario. Nuestras constituciones garantizan la independencia de criterio y la autonomía en todas las decisiones en las que participamos», afirma la declaración de los 15 estudiantes que integran esta institución.

Los miembros del consejo universitario, equiparable a la junta directiva de la universidad, solicitaron al rector que «a partir del lunes 15 de abril de 2024, inicie un proceso de diálogo con todos los grupos de interés para abordar cada uno de los temas planteados, que son motivo de preocupación dentro de la comunidad de la Universidad del Rosario. Hemos decidido que este proceso participativo tenga tres mesas de trabajo, compuestas por los diversos grupos de interés, y que la información sobre su conformación se divulgue de manera abierta».

Exhortaron a la comunidad rosarista a «buscar conjuntamente, con sabiduría y serenidad, las vías que permitan mantener nuestros valores y asegurar el futuro y la sostenibilidad de esta institución educativa».

Al mismo tiempo, junto con el debate sobre la situación de la Universidad del Rosario, en otro ámbito surge una preocupación adicional. Después de la visita del Ministerio de Educación, empezó a circular la preocupación en los corredores de que el gobierno pudiera asumir poderes excesivos en la universidad, en un país donde la autonomía universitaria ha sido respetada durante mucho tiempo.

El Colegio de Abogados Rosaristas también subrayó este punto y afirmó su «interés en acompañar la visita que realizará el Ministerio de Educación Nacional, ofreciendo un respaldo total a la Universidad del Rosario y a la Facultad de Jurisprudencia, con el fin de que prevalezca la institucionalidad y la autonomía universitaria que han caracterizado a nuestra alma mater durante más de 370 años de servicio al país».

En su historia reciente, la Universidad del Rosario no había experimentado una controversia interna de esta magnitud ni había recibido una visita de este tipo por parte de ningún gobierno. Esta situación genera preocupación en la comunidad rosarista, ya que surgen varias preguntas sobre la rapidez con la que se solicitó la visita del Ministerio y la falta de claridad en sus motivaciones.

Algunos profesores, que han preferido mantenerse en el anonimato, expresaron su preocupación de que el debate pueda politizarse, especialmente considerando la rapidez con la que el Gobierno ha tomado medidas, mientras que otras universidades enfrentan dificultades financieras similares debido a la crisis del sector sin recibir la misma atención. Los acontecimientos en el ámbito de la salud también generan inquietud en medio de esta situación turbulenta.

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