La administración, encabezada por el próximo alcalde  de Bogotá Carlos Fernando Galán, busca reducir el déficit de TransMilenio, que supera los 3.1 billones de pesos, además de anunciar un aumento de hasta un 15% en el servicio de aseo, incluido en la factura de la luz.

A escasos días de asumir el cargo más importante de Bogotá, Carlos Fernando Galán compartió en entrevista para Caracol Noticias lo que se viene para los próximos cuatro años en su administración. El alcalde electo se refirió al pico y placa solidario y recordó a los bogotanos que la administración de Claudia López ya había establecido el primer aumento programado para el año 2024 en cuanto al servicio de aseo y pasaje de Transmilenio.

Pasaje de TransMilenio

Uno de los temas importantes es el aumento propuesto en las tarifas del servicio de transporte público, un ajuste que no pasa desapercibido para los ciudadanos. Este incremento, aprobado en el presupuesto municipal, establece una tarifa de $3.100 pesos.

Los pasajes de los buses de las troncales ($2,950), y el del SITP ($2,750) sufrirán un aumento tarifario con el que se pretende que dichos precios se estandarice a un único precio.

Galán aborda la inquietud del ciudadano desde la perspectiva de eficiencia operativa. Aunque reconoce la necesidad de revisar y mejorar la operación del sistema, destaca la importancia de evitar que el aumento de tarifas sea la única solución. La reducción de prácticas ilegales, como el ingreso no autorizado al transporte público, se presenta como una estrategia clave para mantener las tarifas a niveles razonables.

La sostenibilidad del sistema de transporte público no solo preocupa en términos financieros, sino que también es un factor determinante en la movilidad y calidad de vida de los ciudadanos. Galán enfatiza la importancia de no convertir el costo del sistema en un obstáculo para el acceso de la población al transporte público, advirtiendo que aumentos indiscriminados podrían provocar una disminución en la cantidad de usuarios.

Tarifa de aseo

Por otro lado, está el desafío del aumento proyectado en las tarifas de aseo debido a la actualización del Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos. Aunque esta actualización puede tener beneficios a largo plazo, plantea un dilema inmediato para los ciudadanos, quienes podrían enfrentar un aumento del 15% en algunas áreas.

Cabe recordar que, las tarifas del servicio de aseo, según Enel-Codensa, son generadas por el proveedor del servicio de aseo y se calculan de acuerdo con la metodología tarifaria establecida en la Resolución CRA 720 de 2015. Además, la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) regula dichas tarifas, mientras que la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios (SSPD) supervisa la adecuada aplicación de las mismas y la calidad en la prestación del servicio.

En una reunión con el presidente Gustavo Petro, Galán discutió la necesidad de encontrar soluciones no solo para Bogotá, sino también para otras ciudades enfrentando desafíos similares en la financiación de sistemas de transporte público. Se plantea la posibilidad de buscar una financiación más robusta que permita operar los sistemas sin aumentar la carga sobre los usuarios.

«Uno de los temas que hablé con el presidente de la República tiene que ver con Bogotá y con varias ciudades. Es ver cómo logramos una financiación de los sistemas de transporte que logre cumplir la meta de que operen los sistemas, que haya buena calidad de servicio, pero que reduzcamos el impacto que tenemos en el usuario«, sostuvo Galán.

Pico y Placa Solidario

El alcalde electo también se refirió a la importancia del pico y placa solidario como una fuente crucial de ingresos para el sistema de transporte, proyectando una recaudación superior a los 350 mil millones de pesos este año. En su visión, sostiene la necesidad de mantener este sistema, explorando fórmulas para optimizarlo, tales como implementar cobros por congestión o introducir una modalidad zonal del pico y placa solidario.»

El desafío financiero en Bogotá según Carlos Fernando Galán, no solo afecta la movilidad y la gestión de residuos, sino que también tiene ramificaciones en la seguridad ciudadana. La presencia de puntos críticos de basura ha contribuido a condiciones urbanas menos seguras, y mejorar estas situaciones implica exigir más a los operadores de servicios, lo cual también tiene un costo asociado.

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