De hecho hay iglesias en todo el mundo que han asegurado custodiar dichas ampollas, unas 70 al menos, la mayoría en España, Francia e Italia
¿Hasta dónde llegará la humanidad? Muchas fueron las ‘reliquias’ católicas que llegaron a Europa durante la Edad Media después de las Cruzadas (siglo XIII) traídas directamente de Tierra Santa. Una de estas fue la Santa Leche, ampollas de leche materna de la Virgen María que supuestamente ella habría derramado en una gruta antes de huir a Egipto.
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El culto a esta verdadera locura prosperó y mucho por -claro- hacer milagros. De hecho se decía que la Santa Leche hacía que las mujeres en período de lactancia se llenaran de líquido y que era muy eficaz contra la esterilidad.
De hecho hay iglesias en todo el mundo que han asegurado custodiar dichas ampollas, unas 70 al menos, la mayoría en España, Francia e Italia.
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Ya Calvino criticó esto y lo mismo hizo Fray Bernardino de Siena en sus ‘sermones’. Con el pasar del tiempo la ciencia ha demostrado que todo esto es falso, sin embargo el fanatismo no tiene límites y tanto el culto como la veneración no han desaparecido.
Una sola historia para no aburrir
La Colegiata de San Lorenzo de Montevarchi
En una capilla de Arezzo, Italia, está un pequeño frasco con una muy ligera incrustación blanca sedimentada en el fondo y en sus paredes. Claro que nadie sabe si el material que está ahí es verdaderamente la Santa Leche, ya que no han dejado que se examine.
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La leyenda dice que esta es solo una parte de la que se conserva en la Sainte Chapelle de París y fue un regalo de Luis IX, rey de Francia, al conde Guido Guerra de Montevarchi por un evento bélico.
Guerra lo donó a la Iglesia de Lorenzo y se construyó un impresionante altar de terracota vidriada de Andrea della Robbia en la iglesia de la colegiata de San Lorenzo de Montevarchi, una auténtica joya renacentista.
