Durante el Viernes Santo, se realiza el Vía Crucis como una representación simbólica del arduo camino que Jesús atravesó hasta ser crucificado en el Monte Calvario, recordando así su sacrificio en la tradición cristiana.
La Semana Santa es un período de profunda significación en el calendario religioso cristiano. Durante estos días, se conmemora la Resurrección de Jesús tras su crucifixión en el Monte Calvario, así como también se celebra el inicio de la Eucaristía, que tuvo lugar después de la Última Cena de Cristo con sus discípulos.
El Viernes Santo ocupa un lugar central en esta conmemoración. Este día representa el recuerdo doloroso de la crucifixión de Jesucristo, quien entregó su vida en la cruz como acto redentor para la humanidad, siendo considerado un día de luto y penitencia en la tradición cristiana.
La Pasión de Cristo inicia con la condena a muerte por parte de Poncio Pilatos, quien lo sentenció tras proclamarse Rey de los Judíos. Los sufrimientos que Jesús enfrentó en su camino hacia la crucifixión en el Monte Calvario son recordados en este día.
Desde el momento de su condena, Jesús fue sometido a maltratos, golpes y agresiones. Le colocaron una corona de espinas y le hicieron cargar con su propia cruz hasta el lugar de la crucifixión. Allí, junto a dos ladrones, fue crucificado bajo un cartel que lo identificaba como «Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos«.
En la liturgia católica, el Viernes Santo es un día de especial solemnidad. Se lleva a cabo la Liturgia de la Pasión del Señor en la tarde, momento en el que se sitúa la muerte de Jesús en la cruz. Esta fecha, conocida también como Vía Crucis, se centra en recordar la tortura y muerte de Jesucristo.
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— Augusto (@augustissime) March 29, 2024
El Vía Crucis del Viernes Santo es una forma de revivir las etapas de la muerte de Jesús, divididas en 14 estaciones, desde su condena hasta su entierro. Durante este recorrido espiritual, los cristianos rezan una oración en cada estación, recordando el sacrificio de Jesús en el camino al Calvario.
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