La creencia de que los cielos influían en la vida humana impulsó la astronomía.
En la antigüedad, los babilonios fueron los primeros en registrar observaciones astronómicas y de establecer un calendario basado en la luna. La idea de constelación fue sistematizada en Mesopotamia. Así se puede comprobar en un conjunto de tablillas cuyo origen se remonta a 1 000 años a.e.c, conocidas como MUL.APIN. Una constelación es un conjunto de estrellas que imaginativamente se asocian a figuras. Las otras estrellas próximas se consideraban estrellas asociadas a la constelación.

En el siglo II d.e.c, el astrónomo Claudio Ptolomeo escribió el Almagesto, un libro sobre que se convirtió en el principal texto de la astronomía occidental hasta la Edad Media. Sin embargo, su escrito, Tetrabiblos es de astrología. Para el autor, estás dos disciplinas eran complementarias. Ptolomeo recuerda al razonamiento científico, aunque hoy sabemos que la astrología carece de fundamento científico.
La posición de las constelaciones zodiacales coincidía con el signo zodiacal del mismo nombre, pero en la actualidad están desplazados casi un mes. Además, existe una decimotercera constelación llamada Ofiuco que pasa por la eclíptica, pero que no es considerada un signo del zodiaco. La división en 12 sectores iguales probablemente tiene su origen en Mesopotamia y se hizo así para hacerlos coincidir con los meses. La observación del cielo antiguo ha influido en el desarrollo de la astronomía y la astrología a lo largo del tiempo.
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