«El sacrificio de un ser vivo por el hombre es una forma extrema de maltrato en cuanto elimina su existencia misma y es un acto de aniquilamiento»
Desde el 21 de agosto en Colombia empezó a regir la prohibición y sanción penal para quienes realicen caza de animales silvestres y salvajes. Esto, luego de que se cumpliera el plazo de un año que dio la Sala Plena de la Corte Constitucional para tumbar esta práctica en el país.
Según indica la sentencia: «cuando es injustificada, la muerte de un animal es un acto de crueldad pues supone entender que el animal es exclusivamente un recurso disponible para el ser humano. La caza deportiva, en fin, es un acto dañino en cuanto está dirigida a la captura de animales silvestres, ya sea dándoles muerte, mutilándolos o atrapándolos vivos».
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Dicha decisión se tomó luego de que la abogada Laura Santacoloma Méndez quien impuso una demanda junto con la intervención de AnimaNaturalis y otras organizaciones animalistas del país impusieran una acción legal contra la caza deportiva.
Pues según denunciaron esta actividad vulneraba principios como el derecho a un medio ambiente sano y la protección de las riquezas naturales. Antes de la prohibición las leyes establecían que la caza podía realizarse en ciertos espacios y con permisos específicos otorgados por las corporaciones ambientales regionales.
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Especies afectadas por la caza deportiva
A lo largo de la historia de esta práctica se vieron afectadas especies como el jaguar, la danta, el ciervo, armadillo, pecarí, primates, guguas, liebres, picures y conejos; y aves como el paujul, gualilo, pava, torcaza y tórtola.
